La medicina hiperbárica es una alternativa para ayudar en la recuperación de pacientes con traumatismos de partes blandas, heridas, úlceras, lesiones por radiación retardada y necrosis óseas.
Se refiere a la muerte del tejido óseo por falta de flujo sanguíneo, produciendo fractura y rotura en el hueso, comúnmente apareciendo en caderas, rodillas, tobillos y hombros. Siendo un trastorno que por lo general afecta a personas entre 30 y 50 años, con antecedentes de ingesta periódica de alcohol o por haber estado en un tratamiento con corticoides / esteroides en altas dosis y por largo tiempo. También se le conoce como necrosis isquémica y osteonecrosis.
Existen diferentes procedimientos para tratar esta enfermedad, desde las intervenciones quirúrgicas hasta las no quirúrgicas, como son los tratamiento farmacológico, la electro estimulación y la medicina hiperbárica.
Las células que se encuentran en el hueso, son por lo general tres tipos:
Estas células para poder realizar bien su función deben poseer buena cantidad de oxígeno. Al haber una disminución del flujo sanguíneo, se produce la muerte de las células óseas (osteocitos), dando paso a un edema, que es la principal causa de dolor que padece la persona que sufre esta enfermedad.
La oxigenoterapia hiperbárica (OHB) es un tratamiento que ayuda a que el hueso afectado pueda adquirir el oxígeno que le está faltando, ya que el paciente se encuentra respirando oxígeno puro, dentro de un cilindro a una presión mayor a la atmosférica (20 veces más oxígeno que en condiciones normales y siendo transportado a través del plasma por todo el organismo). Esto permite la recuperación de la lesión, disminución del edema, alivio del dolor y facilita la circulación, impidiendo y minimizando el riesgo de que se forme una nueva necrosis.
Protocolo de tratamiento:
20 sesiones a 2,4 ATA – cada una de 60 min, cinco veces por semana.
Paciente de 49 años ingresó a nuestro centro para tratarse una osteonecrosis cóndilo femoral externo de rodilla derecha con un marcado edema inflamatorio. A lo largo del tratamiento se observó mejoría del dolor en la rodilla, dejó de precisar medicamentos anti-inflamatorios (AINEs), empezó a apoyar la pierna y pudo compaginar la terapia con natación y ejercicios de fisioterapia.
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